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Este pasado fin de semana se ha plasmado en la historia del país, y aunque los tiempos han sido complicados, siempre surgen destellos de luz en medio de la adversidad.
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Una de esas historias brillantes es la de una médica que, fieles a su juramento hipocrático, no dudó en prestar su ayuda a todos los aficionados presentes en el estadio Cuscatlán, sin distinción.
Hablamos de Ligia Elizabeth Rivas, una médica del equipo FAS, que decidió sin pensarlo dos veces brindar su apoyo a los aficionados de Alianza. Sin embargo, para evitar potenciales conflictos, Rivas tomó la precaución de quitarse la camiseta de su equipo, FAS.
Y es que, desafortunadamente, siempre puede haber individuos que confundan la rivalidad deportiva con hostilidad y busquen confrontación por algo tan trivial como una camiseta de fútbol.
Rivas ha sido objeto de numerosas expresiones de agradecimiento por su admirable actitud, recibiendo un torrente de mensajes positivos que la elogian por su labor. Es respetada y admirada por su compromiso como médica y su actitud ante la adversidad.
