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En 2015, Alfredo Pacheco aseguró: “La mayoría de los personajes de la Federación no tiene solvencia moral. Ellos juzgan, critican, han señalado, nos tildaron, nos echaron del fútbol y nos dejaron una marca: sanción de por vida. La gente dice que nosotros somos unas manchas, pero hay una mancha más grande y también tienen que quitarla”.
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En ese mismo año continuó con las declaraciones en contra de la institución, asegurando que se arreglaban los partidos a través de amaños.
Asimismo admitió también que sus compañeros tenían miedo de hablar porque los federativos eran rencorosos y les podían hacer algo si hablaban.
Meses después, el 27 de diciembre de 2015, fue asesinado en los alrededores de una gasolinera en El Congo, Santa Ana.
Hasta la fecha su asesinato sigue impune.
